Día #34 – Resplandecieres de la revolución

Las experiencias de este preciso momento son ideales para contarles los últimos acontecimientos de mi multifacética existencia. Los minutos del día me han arrastrado hasta las orillas de esta noche, que poco a poco estoy haciendo mía mediante la osadía de la escritura. He cobijado a todos mis seres con una luz rojinegra y el silencio de las calles desiertas. El resplandor de unos edificios vacios y las pocas nubes cubriendo el universo me ha llevado a sentarme enfrente de la ventana y escribir sobre las perpicacias de mi vida de extremis.

Mi Yo-el-Poeta se ha marchado dejando atrás el caos y la desesperación. Mi angustia crece como pasan los días, entre segundos pienso a la mujer chinche a quien hecho de menos, la energía de la primavera se ha terminado y con esta toda una serie de expectativas. Hoy antes y después del caos hay un interminable no-se-que que termina por desesperarme. Aun así continuo con mis empresas multidisciplinarias. He aprendido que la tranquilidad no es para ninguno de mis seres. Cada uno de nosotros necesitamos estar perdido buscando algo, encontrar dolor y con este formular nuevas aventuras.

Todavía no reúno los requisitos que piden en el circo. Pero al menos puedo decirles que hoy día puedo ser más grotesco, insolente, cínico, y maldito. Ahora casi nadie me puede detener y posiblemente el que se atreva tendrá que tener una voluntad mucho mas grande que la mía.

Por otra parte he decidido no condenar los actos en contra de la libertad, pero si defenderé hasta las ultimas consecuencias mi derecho de ser un Ser transcendente y con posibilidad. Mi Yo-el-Poeta dejo el ejército instalado y cualquier amenaza en contra mis posibilidades será considerada como un gravísimo acto bélico, entonces se tendrá que llevar acabo una batalla... Y la revolución no tendrá mas opción que extenderse todavía con más fuerza.